Elise Hall, nacida en Francia en 1853 y pionera en
el saxofon clásico en Estados Unidos. Fue tal su fama que se la llegó a conocer
como "la mujer saxofón".
Empezó a estudiar saxo a los 47 años por recomendación médica, para mitigar dolores de oído y el avance de una sordera.
Desarrolló su carrera a comienzos del s. XX y encargó obras para su instrumento (le frustraba que no hubiera suficientes obras para saxo) a varios de los compositores franceses más conocidos de su época, entre ellos Claude Debussy y su célebre Rapsodia para orquesta y saxofón, estrenada años después cuando Debussy ya había muerto y Hall ya se había quedado sin audición. Nunca la interpretó.
Empezó a estudiar saxo a los 47 años por recomendación médica, para mitigar dolores de oído y el avance de una sordera.
Desarrolló su carrera a comienzos del s. XX y encargó obras para su instrumento (le frustraba que no hubiera suficientes obras para saxo) a varios de los compositores franceses más conocidos de su época, entre ellos Claude Debussy y su célebre Rapsodia para orquesta y saxofón, estrenada años después cuando Debussy ya había muerto y Hall ya se había quedado sin audición. Nunca la interpretó.
"La Sra. Hall, persona de amplia formación musical, saxofonista de singular habilidad y pupila de Georges Longy, es la primera instrumentista amateur que ha actuado con la Orquesta Sinfónica de Boston. Este suceso ocurrió cuando se interpretó la primera suite de “L'Arlesienne”de Bizet en el Symphony Hall los días 24 y 25 de diciembre del pasado año [1909]. En aquellos momentos resultó extremadamente difícil encontrar un saxofonista competente y la Sra. Hall completó la plantilla orquestal.
La temperatura exterior era húmeda y fría, pero en el interior de la sala hacía mucho calor, por lo que la afinación de las cuerdas de la orquesta subió, lo que hizo que el diapasón de la Orquesta Sinfónica de Boston estuviera realmente muy alto. Fue necesario colgar unos pequeños vasos calientes dentro y fuera de los instrumentos para poder obtener una afinación equivalente a la del resto de la agrupación. La Sra. Hall se vio obligada a trabajar bajo muchas dificultades, la mayor de todas fue la incertidumbre a la que se vio sometida al tener que afinar antes de comenzar la obra, ya que era imposible predecir qué cambios podrían suceder al enfriarse el tubo durante la larga espera hasta su primera intervención; pero ella interpretó su solo del primer movimiento con una belleza de sonoridad y un legato dignos de la mejor tradición de la orquesta, manteniendo un equilibrio sonoro en una sala a la que ella no estaba acostumbrada y su afinación, a pesar de las circunstancias, fue buena."
FUENTE: Artículo de Musical America, 26 de febrero 1910
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